Estoy viviendo unos momentos muy dulces con mi equipo masculino en el que estamos clasificados para jugar la final a 4 de la categoría para luchar por el ascenso y la verdad que esta situación genera aspectos que no son escesivamente positivos para el ambiente dentro del equipo. A saber, los jugadores están tensos por la situación y con muchas ganas de jugar lo que provoca una tensión en los entrenamientos que genera roces entre ellos ya que quieren ganar a toda costa aunque sea lanzando tiros libres.
La competitividad es muy buena pero nuestra labor como entrenadores es saber racionarla para que no nos de quebraderos de cabeza y surjan problemas cuando ya es tarde para resolverlos. El otro día hablando con mi primer entrenador decidimos tomar una serie de medidas como limitar las situaciones de juego real y crear más entrenamiento táctico y técnico y variando el sistema de competición ya que muchas veces los roces vienen porque no se pitan faltas entre ellos y cosillas así que parecen de crios pero que en un momento de tensión y con jugadores que quieren ganar por encima de todo pueden crearnos un problema. Decidimos también arbitrar nosotros los partidillos de entrenamiento aclarando a los jugadores que se pitará poco para acostumbrarnos a los partidos donde los arbitros no lo ven todo y los jugadores no se acostumbren a protestar.
En definitiva, es muy importante vigilar la competitividad dentro del equipo y conservar un nivel medio de motivación ya que la extramotivación puede crear problemas entre los jugadores.
martes, 29 de abril de 2008
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