Para formar un equipo ganador debemos tener un grupo cohesionado y unido con una buena relación entre los jugadores tanto dentro como fuera de la pista.
Antes de seguir con el tema quiero aclarar que entiendo yo por un equipo ganador ya que esta afirmación suele llevar a engaño en la mayoría de los casos. Un equipo ganador no es aquel que gane partidos o campeonatos si no aquel que consigue llegar a igualar o superar sus objetivos. Estos objetivos deben ser realistas y alcanzables para no crear frustración en los jugadores y a su vez deben estar un paso por encima del nivel del equipo para que este mejore su rendimiento a lo largo de la temporada. Marcar unos objetivos es algo muy complejo ya que la temporada es quien realmente pone a cada equipo donde éste se merece.
Una vez realizado el paréntesis continuo con la idea que quiero expresas sobre la cohesión dentro del equipo, lo que normalmente denominamos ambiente del equipo. Es, quizá, el objetivo más díficil de conseguir por parte de un entrenador ya que como he dicho en post anteriores, todos lo jugadores tienen objetivos individuales que normalmente colocan antes que los colectivos y el entrenador tiene la obligación de equilibrar en la medida de lo posible tanto unos como otros.
Una buena forma de hacer esto es haciendoles convivir fuera de la pista para que congenien entre ellos y tengan cierta confianza más allá de la cancha. Esta no es tarea díficil ya que es imposible que en un grupo de 12 o más personas todos ellos se lleven bien, nuestra obligación es hacer que se respeten y que hablen de baloncesto sobre todo hablar de baloncesto para que se den cuenta que todos aportan cosas en el equipo jueguen más o menos minutos. Uno de los principales canceres dentro de un vestuario de baloncesto es la envidia que puede nacer entre jugadores, ocupen éstos la misma o distinta posición (aunque los mayores roces, tanto positivos como negativos, suelen salir entre los jugadores que luchan en cada entreno por un puesto en una posición concreta) Esta envidia suele producirse porque los jugadores se conocen solamente en la pista y en ella no todos tienen la misma personalidad que fuera, se vive todo al límite de pulsaciones y se agudiza el carácter mucho, por ello es bueno que se conozcan en situaciones normales de convivencia como una comida o viendo un partido de baloncesto todos juntos.
Recuerdo el año pasado cuando Joan Plaza llegó al Real Madrid una de sus frases que más me llamaron la atencón la pronunció justo antes de comenzar la temporada y fue: "los jugadores han comido y cenado más veces juntos en lo que llevamos de pretemporada que en todo el año anterior". Los resultados del Real Madrid el año pasado hay están y estoy seguro de que esta fue una de las claves de su gran temporada.
Está claro que en categorías amateur es más complicado organizar momentos en los que el equipo esté junto pero yo probaría con comidas siempre que el partido sea de tarde fuera de casa o cenas tras un partido vespertino o mismamente quedando todos juntos para ir a ver a un posible rival o a un equipo de categorías profesionales de la comunidad. Todo ello ayuda a que el ambiente mejore dentro del grupo y esto eleva un alto porcentaje efectividad del conjunto.
viernes, 11 de abril de 2008
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