jueves, 24 de abril de 2008

Una temporada toca a su fin.

Este año he entrenado al equipo senior femenino de mi club y el pasado fin de semana he acabado la competición con ellas. En esta fase de la temporada es cuando toca hacer balance de toda una larga y, en este caso, negativa temporada. Aún recuerdo cuando decidí hacerme cargo del equipo allá por el mes de agosto del año pasado, recuerdo los primeros entrenamientos cuando todas las jugadoras acudían con regularidad, cuando todo marchaba bien. Todo esto lo tengo marcado a fuego porque es el primer equipo que he entrenado como primero y sé que nunca se me va a olvidar. La temporada ha sido mala por muchos factores ajenos al entrenador, al menos a nivel ameteur. Hubo un momento de la temporada donde parecía que nos lanzabamos ya que habíamos estrenado el casillero de victorias (al final ahí se quedaría) y le habíamos tuteado a un equipo cuyo nivel estaba muy por encima del nuestro, pero desde entonces todo ha sido cuesta abajo, no he conseguido reunir a más de cinco chicas en ningún entrenamiento y todo ha sido muy difícil. Ha habido un par de jugadoras que no han faltado a más de 2-3 entrenamientos en todo el año pero el resto ha acudido de forma muy irregular.

Mi primera temporada como entrenador ha resultado un rotundo fracaso ya que mi equipo nunca ha rendido al nivel deseado y que todos creemos que podíamos dar. Ahora es el momento de analizar friamente los fallos y de preparar la temporada siguiente que, aunque creo que el equipo se desará ya que lo dejan varias chicas y las que han cumplido no quieren otro año así, me gustaría volver a entrenarlas porque creo que soy capaz de conseguir algo más de ellas, aunque para ello debería cambiar el compromiso y aumentar el número de jugadoras para poder competir.

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